domingo, 23 de diciembre de 2012

Sigue al conejo blanco...

  El título pertenece a "Alicia en el país de las Maravillas" pero la imagen procede de la película "Matrix", de 1999, donde también aparece la frase y otras alusiones a la obra de Lewis Carroll.

 Al igual que en las historias de Alicia, Matrix nos presenta dos mundos, uno real y otro imaginario, solo que el real es el que está al otro lado del espejo mientras que en el que vivimos es un mundo imaginario creado por Matrix, un programa informático introducido en nuestros cerebros y controlado por un superordenador que nos hace percibir un mundo que, en realidad, no existe. Algo parecido al genio maligno, del que hablaba descartes, que hace que nuestros sentidos nos confundan.

 De otros mitos esta plagada la película. Esta diferencia entre los fenómenos y nuestra percepción de los mismos está también presente en el mito de la caverna de Platón, en el que, encadenados de espaldas a la entrada de la gruta, percibimos solo las sombras de lo que en el exterior sucede; también se hace mención al mito griego del destino que ha de cumplirse irrefutablemente y que se revela a los hombres a través de un oráculo. También Morfeo, el nombre del cerebro de la lucha contra la tiranía de Matrix está inspirado en la mitología griega, aunque a este personaje también lo podemos comparar con el Sarastro que aparece en la ópera La Flauta mágica de W.A.Mozart. Otra similitud con La Flauta mágica la vemos en la opción que tienen los humanos que no deseen formar parte de los "iniciados" de tener una existencia feliz.

 Por lo visto, para el guión de la película se ha bebido de muchas fuentes clásicas entre las que no podían faltar el tema de un amor que salva la vida del héroe cuando parecía perdida y, como guinda, una traición, presente en la literatura desde sus principios.

 Gracias a Sonja por recomendarme ésta película ,que de otra forma, seguramente no la habría visto nunca.

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